[ Pobierz całość w formacie PDF ]
una fortaleza inexpugnable. Pirene es una fuente cerca de Corinto, rodeada de mil primores del arte. 56 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar www.elaleph.com Los nueve libros de la historia donde los libros son gratis lleno en el sentido del primero, que concordaba mucho y se enlazaba con el del último. Entendiendo, pues, que se les pronosticaba su ruina, con la mira de conjurada dando la muerte al hijo de Eecion que estaba ya para nacer, llevaban su intriga con sumo secreto. En efecto, luego que parió dicha mujer destinan al pueblo en que vivía Eecion diez de su mismo gremio o clase, con orden de quitar la vida al niño recién nacido. Llegados a Petra, entran en el patio de la casa de Eecion y preguntan por el chiquillo. Labda la coja, que estaba lejos de imaginar que vinieran con ánimo dañado, antes se lisonjeaba de que aquella visita de los magnates se le hacía en atención a su padre, para congra- tularse con ella por su feliz alumbramiento, se lo presenta y lo pone en brazos de uno de los diez, y si bien ellos al venir hablan entre sí con- certado que el primero que al niño cogiera le estrellara luego contra el suelo, quiso con todo la buena suerte, cuando Labda dejó a su hijo en brazos de aquél, que se sonriese el niño, mirando blandamente al que iba a recibirle, sonrisa que atentamente observada movió a ternura al primero que le había recibido; y le hizo tal impresión, que en vez de dar con el niño en el suelo, lo entregó al segundo y éste al tercero, de suerte que fue pasando de mano en mano por los diez infanticidas, sin que ninguno se atreviera a ensangrentar las suyas en aquella víctima de la ambición. Vuelto, pues, el hijo a la madre y salidos del atrio, se pararon ante la puerta misma de la casa, y empezaron a culparse unos a otros, pero sobre todo al primero que la recibió, por no haber ejecutado la orden que traían. No pasó mucho rato sin que se resolviesen a entrar de nuevo en la casa y concurrir todos aunados a la muerte del niño. Mas todo en vano, que el destino fatal de Corinto era, señores, que le viniera el azote de la casa de Eceion: porque Labda iba entretanto es- cuchando detrás de la puerta todo aquel discurso de muerte, y recelan- do luego que mudando de parecer y entrando segunda vez le matasen la infeliz criatura, tórnala solicita, y va afanada a esconderla donde se le ofrece que nadie lo había de sospechar, que fue bajo un celemín65, 65 Dice Pausanias que se ocultó al niño bajo una cesta: pero no es creíble, porque esta especie de mueble pronto lo registrarían los diputados. La soberbia 57 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar www.elaleph.com Heródoto de Halicarnaso donde los libros son gratis bien persuadida que vueltos los diez nobles sayones no dejarían sin duda arca, ni rincón, ni escondrijo que registrar. En efecto, así fue: entran segunda vez, y todo era buscar por una y otra parta el niño; pero viendo que no podían dar con él, resolviéronse por fin a regresar y decir a los que les enviaban que todo se había hecho conforme a las órdenes dadas, y vueltos a los suyos, así realmente se lo dijeron, íbase criando después el niño, que de tal riesgo a dicha se había escapado, en casa de su padre Eecion, y por ya buena suerte de haberse librado del peligro debajo del celemín, en griego Cipsele, quedósele en adelante el nombre de Cipselo. Llegado ya a la mayor edad, diósele a una consulta que en Delfos hacía una respuesta ambigua y enrevesada, por la cual gobernándose después y esperanzado mucho en ella, logró salir con su empresa y apoderarse del dominio de Corinto. La respuesta era de este tenor: «¿Véis el gran varón que llega dentro de mi atrio, Cipselo el Eecida? Rey será de la esclarecida Corinto con su prole, pero no con la prole de su prole66.» Tal fué el oráculo: Cipselo llegó a ser señor de Corinto, y con esto un tirano que a muchos Corintios desterró, a mu- chos quitó los bienes, patria y vida, después de un gobierno de treinta años, habiendo tenido la fortuna de morir en paz y en su cama: suce- dióle en la tiranía su hijo Periandro, quien aunque en los principios de su gobierno se mostraba más humano y blando que su padre, con todo, por haber después comunicado por medio de unos mensajeros con el otro tirano de Mileto, el célebre Trasíbulo, llegó a hacerse mucho más cruel y sanguinario que el mismo Cipselo. Es preciso saber que envió Periandro un embajador a Trasíbulo con la comisión de preguntarle de qué medios se podría valer para estar más seguro en su dominio y para gobernar mejor su Estado: pues bien, saca Trasíbulo al enviado de Periandro a paseo tuera de la ciudad, y éntrase con él por campo sem- cesta dedicada por los Cipselidas en Olimpia de que habla después, sería más bien una memoria fastuosa de aquel suceso que un remedo exacto de él. 66 Ignoro si debo de leer «pero no con la prole de su prole,» o más bien, «y aun con la prole de su prole,» si nos atenemos a la autoridad de Aristóteles, que en el libro V de su Política cuenta tres tiranos Cipselidas; Cipselo, Periandro y Psamético, hijo de Gorgias y nieto de Cipselo. 58 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar www.elaleph.com Los nueve libros de la historia donde los libros son gratis brado, y al tiempo que va pasando por aquellas sementeras le pregunta los motivos de su venida, y vuelve a preguntárselos una, y otra, y mu- chas veces. Era empero de notar que no paraba entretanto Trasíbulo de descabezar las espigas que entre las demás veía sobresalir67, arroján- dolas de sí luego de cortadas, durando en este desmoche hasta que dejó
[ Pobierz całość w formacie PDF ]
|