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A pesar de que lo hice sin llamar la atención, l debió darse cuenta, pues tuvo que hacer un enorme esfuerzo para ahogar las llamas de odio que nacan en su boca. Est bien esta casa comenzó por fin a decir tartamudeando, cuando vio que yo no le daba el gusto de comenzar la conversación. Como contradiciendo sus palabras cerró los ojos al hablar, quiz para no encontrarse córnl mirada. O quiz pensara que eso le daba a su cara una expresión humilde? Era muy fcil darse cuenta del esfuerzo que haca para hablar el alemn correctamente. No me sent obligado a contestarle y esper a ver qu seguira diciendo. En su confusión tomó la lima que sabe Dios cómo todava estaba, desde la visita de Charousek, sobre la mesa, pero retrocedió inmediatamente, como mordido por una culebra. Interiormente me asombró por su subconsciente sensibilidad. Es natural, lógico, es parte del negocio, que esto est bien se esforzó por decir , cuando se reciben... tan nobles visitas quiso abrir los ojos para ver la impresión que me hacan sus palabras, pero al parecer lo consideró demasiado pronto y los cerró de nuevo. Quise llevarlo a un callejón sin salida: Se refiere a la dama que hace poco estuvo aqu, no? Diga claramente lo que pretende! Dudó un momento, me tomó de la mueca y me arrastró hasta la ventana. El modo extrao e inmotivado de hacerlo me recordó la forma en que unos das antes haba llevado a su cueva al sordomudo Jaromir. Con dedos encogidos me mostró un objeto brillante: Cree usted, seor Pernath, que se puede hacer algo con esto? Era un reloj de oro con una tapa tan retorcida que casi pareca como si alguien lo hubiera hecho intencionadamente. Agarr la lupa: las bisagras estaban casi rotas por la mitad y dentro. No haba all algo grabado? Apenas legible y con una gran cantidad de araazos recientes. Despacio descifr: K rl Zott mann Zottmann? Zottmann? Dónde haba ledo yo ese nombre? No poda recordarlo. Zottmann? Wassertrum estuvo a punto de quitarme la lupa de la mano: En la maquinaria no hay nada. Eso ya lo he mirado yo. Pero fuera, la tapa, eso es horrible. No hace falta ms que desabollarlo, como mximo unas pequeas soldaduras. Eso se lo puede hacer exactamente igual cualquier joyero normal y corriente, seor Wassertrum. S, pero tengo inters en que sea un buen trabajo. Como se suele decir: artstico me interrumpió rpida, casi angustiosamente. Bueno, si tiene tanto inters... Mucho inters! su voz jadeaba casi de indignación . Quiero llevar yo mismo el reloj. Y cuando se lo ensee a alguien quiero poder decir: Mire, mire, as trabaja el seor von Pernath. Me repugnaba ese tipo; me escupa sus desagradables lisonjas formalmente a la cara. Si vuelve dentro de una hora estar acabado. Wassertrum se encogió: Eso no puede ser. No quiero. Tres das. Cuatro das. La semana que viene es tiempo suficiente. Toda mi vida me reprochara haberle dado prisas. Qu quera con ponerse tan fuera de s? Entr en la habitación de al lado y guard el reloj en el cofrecillo. La foto de Angelina estaba encima de todo. Rpidamente volv a cerrar la tapa, por si Wassertrum miraba. Cuando me volv me di cuenta de que haba palidecido. Lo examin con atención, pero borr inmediatamente mis sospechas. Imposible! No poda haber visto nada. Bueno, entonces quiz la semana que viene dije para terminar su visita. De repente, pareca ya no tener prisa. Se acercó a un sillón y se sentó. Contrariamente a su actitud anterior, tena ahora al hablar bien abiertos sus ojos de besugo y miraba fijamente el botón superior de mi chaleco. Pausa. Aquella fulana le ha dicho naturalmente que usted hiciese como si no supiera nada. Noo? soltó de improviso sin ningn prembulo y dando un golpe con el puo en la mesa. Haba algo extrao y terrible en la incoherencia con que poda saltar, como el rayo, de un modo de hablar a otro, de unos tonos halagadores a otros brutales, y me pareció muy probable que la gente, especialmente las mujeres, se encontraran en un abrir y cerrar de ojos en su poder, sólo con que tuviera la ms mnima arma contra ellas. Quise saltar, agarrarlo del cuello y sacarlo al pasillo; se fue mi primer pensamiento; pero despus pens si no sera ms inteligente escucharlo primero. De verdad que no s a qu se refiere, seor Wassertrum y me esforc en poner una cara lo ms tonta posible . Fulana? Qu es eso: fulana? Acaso tengo que ensearle alemn? me dijo groseramente . Tendr que levantar la mano en el juicio cuando se trate de eso. Me entiende bien? Eso se lo digo yo! empezó a gritar : A m no me va a jurar usted en mi propia cara que sa de ah al lado y sealó con el pulgar el estudio entró aqu, en su casa, sólo con una manta... y nada ms! El odio me suba a los ojos; agarr al tipo por la pechera y lo sacud: Si dice una sola palabra ms en ese tono, le romper todos los huesos del cuerpo! Entendido? Se derrumbó en el sillón y tartamudeó. Qu pasa? Qu pasa? Qu quiere? Yo sólo hablaba. Fui un par de veces de un lado a otro de la habitación para calmarme. No escuch todas las disculpas que baboseaba. Despus me sent frente a l, con la firme intención de arreglar el asunto con l de una vez para siempre, por lo menos en lo que se refera a Angelina, y, si no poda ser en paz, lo obligara a declarar su enemistad y a disparar antes de tiempo sus dbiles flechas. Sin hacer el ms mnimo caso de sus objeciones, le dije claramente que cualquier tipo de chantaje y acentu esta palabra fallara, puesto que nunca podra fortalecer ninguna de sus acusaciones con pruebas y que yo sabra con seguridad encontrar testigos (suponiendo que estuviera dentro de lo posible llegar a eso), que Angelina estaba
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